-¿Qué hacías ahí dentro?- mamá me pilló infraganti.
-Pues, quería ver esta foto- se la mostré.
-Valla... Ahí estáis muy guapos los dos. ¿Te la vas a llevar a Estados Unidos?
-Sí, si te parece bien claro.
-Claro cielo, claro que puedes llevarla.
Me sonrió, le sonreí y bajo las escaleras. La observé bajar y me encerré en mi habitación. Cogí el teléfono y llamé a Nicole.
-Dime- dijo adormilada.
-Te necesito.
-Me has despertado de la siesta... Haber ¿qué pasa?
-¿Puedes venir?- me puse a llorar de nuevo.
-Elith, ¿qué pasa? Anda voy, para que veas que soy buena persona.
------------------------------------------------a la hora y media-------------------------------
DING DONG!
Mamá abrió la puerta.
-Hola Nicole, ¿cómo te va?
-Bien, como siempre. ¿ Está Elith?
-Arriba en su cuarto.
-Gracias.
Mi madre le sonrió, y Nicole subió las escaleras y caminó hasta mi habitación. Su mirada se desconcertó cuando me vio: Estaba tirada en el suelo. Llorando de nuevo. Cuando la vi me abracé a ella.
-Nicole, soy idiota..
-¿Pero serás tonta?-me siguió el abrazo.-¿Por qué dices eso ?
-Mi hermano me quería...
-Eh, eh, ya. ¿Qué ha pasado con tu hermano?
-Verás...- le conté todo lo ocurrido aquella tarde. Todo lo que sentí cuando leí aquella carta, y como me sentía ahora.-Nikki, siempre odie a mi hermano por abandonarme sin decir nada, y ahora me doy cuenta de lo equivocada que estaba... Me quería, no se olvidó de mi.-volví a llorar.
-Eh, eso ya lo sabias, siempre te lo he dicho. Pero como eres tan terca y te rayas tanto tu sola...
-Ya pero..
-Venga animate, que sabes que no soy muy buena para esto. Te dedicó esa canción, es muy bonito. ¿Por qué no la cantas?
-No.
-¿Por qué no?
-Él no puede oírme, asique no pienso cantar.
-Como veas- suspiró.
La ponía nerviosa cuando me encerraba en una idea. Si, soy demasiado terca.
Preparamos mis maletas: camisas, camisetas, pantalones, shorts...Faltaron algunas cosas por meter y quedamos en que me ayudaría al día siguiente. Empezamos a hacer las maletas a las 17:15 y eran las 21:31 y no habíamos acabado. Puff... esto era imposible de acabar, no sabía que tenía tantas cosas. Pero bueno, ya acabaríamos. Salí con ella a dar un paseo, quería disfrutar mis ultimas horas con ella. Apenas en 48 horas dejaría todo. Echaría de menos muchas cosas, como las noches en casa de Nicole comiendo palomitas, fumándonos algún que otro cigarro, haciendo el payaso y haciendo toda clase de locuras; o como los sábados, cuando salíamos de botellón con Alice, Victoria, Mónica, Juan, Mike, Tomas, y demás gente, sin importarnos que dijeran de nuestras locuras. Echaría de menos beberme mis cubatas de vodka negro con fanta de limón(y hielo) junto a toda la peña. Y Mike, cuanto lo echaría de menos. Aunque me había costado mucho reconocerlo estaba enamorada de él. Jamás me había atrevido a decírselo, y creo que se acercaba el momento de hacerlo, al fin y al cabo, sabía que él no se enamoraría de mi, pero teníamos una amistad muy próxima y muy bonita, y eso era lo que verdaderamente me importaba, no estropear aquella amistad. Puede que decírselo no fuese lo mejor, pero ¿cuándo volvería a tener otra oportunidad si no volvíamos a vernos? Sabía que sería difícil, pero lo haría.
Nikki y yo caminamos juntas por el parque y hablamos de todo lo que jamás debíamos olvidar, una de esas cosa era lo mucho que nos queríamos.
-Tia, me duele que no vallas a tener un ordenador para poder hablar conmigo...
-Ya pero... ¿que quieres que le haga? Allí no regalan ordenadores.
-Ya....-se quedó pensativa y miró el reloj.-Se ha echo bastante tarde- las 23:40.- Nos vemos mañana ¿va?
-Claro.
Nos dimos dos besos y se fue corriendo para no llegar tarde. Yo caminé despacio hasta casa, No quería llegar a la hora de la cena. Aun tenia los ojos hinchados y no quería que mis padre me acribillaran con sus preguntas, asique me quedé deambulando sola por ahí, despidiéndome de cada rincón por el que pasé.
Cuando llegué mi padre estaba dormido en el sofá y mi madre ya estaba embutida en la cama. Mejor así. Cogí una manzana del frutero, la lavé y me la comí. Me lavé los dientes y me encerré en mi habitación. Me puse el único pijama que quedaba fuera y me embutí en la cama, quería dormir. Mañana sería otro día muy largo y no quería enfrentarlo con unas grandes ojeras en la cara. La una y media de la madrugada. Puse el despertador a las 9:30. Había quedado con Nicole a las 10:30 asique me daría tiempo de vestirme y desayunar. Luego empecé a pensar en todos mis amigos, como los echaría de menos: Nicole, sus sonrisas, sus locuras; Alice, y sus terquerías, es como mi hermana pequeña, siempre le estoy regañando; Mónica, y sus sonrisas contagiosas;... etc. Terminé durmiéndome mientras pensaba en Mike. Recordé esos profundos ojos marrones que me hipnotizaban; su sonrisa, que tal vez no fuese la de un cantante como Jaime Terrón(el cantante de Melocos), o la de un actor como Chace Crawford( Nathaniel Archibald en Gossip Girl), pero aun así me encantaba. Tenía una especie de resplandor extraño que iluminaba la vista de cualquiera; su risa, esa que me volvía loca, me parecía escuchar la más dulce melodía al oírlo reír; sus labios finos, me recordaban a los de Yon Gonzalez( Iván en “El Internado”); su piel morena y suave como el terciopelo; su pelo rubio revuelto; su camisa blanca favorita resaltando el tono de su piel; esos vaqueros que resaltaban su trasero; ese culo tan... tan... bueno tan como suele gustarnos a las chicas, tan.. perfecto.
Finalmente me quedé dormida.
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