Cuando mi madre pronuncio esas cuatro letras con la mirada tan apagada no pude evitar empezar a sudar la gota gorda. Cada uno de mis sentidos estaba ligado a lo que mi madre pudiera decir en ese momento. Ser feliz, o no; cumplir mi mayor sueño, o quedarme sin él: todo dependía de ello. El único lado bueno era que el “no” ya lo tenía.
-Veras, cariño... Sabemos todo lo que esto significa para ti, y somos conscientes de que has trabajado mucho para conseguirlo, pero nos preocupa que...
-Mamá sin rodeos por favor, ve directamente al grano.
Mamá cogió a Joseph, mi padrastro( padre a efectos prácticos) de la mano y suspiró. Luego me miró nuevamente a los ojos, totalmente seria.
-Te han aceptado- aquellas palabras me llenaron de euforia, asique no pude hacer otra cosa que gritar y saltar de la alegría. Aun que por alguna razón mis padres seguían igual de serios y con la misma mirada que haría desaparecer la sonrisa a cualquiera.
-Pero eso es genial, he conseguido que me admitan- no podía dejar de gritar y saltar de la euforia que aquella noticia me causaba pero...
-BASTA!
Aquel grito me hizo entender que para mis padres no tenía nada de bueno, asique me senté en la silla otra vez y tragué saliva.
-Mira, se que esto es muy importante para ti, pro no te vas a ir a ningún sitio.
No... ¿como que no me iba a ir? Pero ¿por qué? ¿Por qué mi madre no quería que fuera feliz?¿Que problema había?
-P-pero... mama...-la rabia me obstruía la garganta prohibiéndome hablar-¿Como que no voy a ir?-conseguí escupir.- Ir a esa academia es lo único que puede hacer que mi sueño se cumpla, y he trabajado muy duro para conseguir que me cojan. Además, en esa academia no cogen a cualquiera, y tu lo sabes. ¿Qué parte de quiero ser feliz no entiendes?- las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos y trazaron un recorrido en mis mejillas.
-Cariño, no lo entiendes. Ir a esa academia...
-¿Qué yo no lo entiendo? ¿¡YO!?
-Cielo, el programa a cambiado- intervino Joseph.
-¿Qué ha cambiado? ¿Cómo que ha cambiado?
Mi madre asintió.
-La academia Sherezade se traslada a EEUU, la gente que quiera entrar en ella deberá mudarse allí, y no podría estar sin ti hija, tan lejos la una de la otra...
-¿Ahora lo entiendes?- pregunto Joseph.
Yo baje la mirada al suelo sin decir palabra. ¿Que importaba? Solo iban a ser unos meses. Les escribiría cartas, los llamaría por teléfono... ¿Por qué no podía irme? ¿No podían dejar ese tema de lado de una vez por todas?
-Pero Elizabeth, entiende que nosotr...
-¡No mamá! No tengo nada que entender. Lo que vosotros si deberíais entender es que Jacob ya no esta aquí. Quedamos nosotros y que a él le pasara no quiere decir que también me tenga que pasar a mi.
Mi madre rompió a llorar y mi padre, como era de lógica, fue a consolarla.
-Mamá no quiero que llores, solo que entiendas que Jake paso por lo que tubo que pasar, y que yo no tengo nada que ver en la misma historia... Solo quiero ser feliz, cumplir mi sueño.
En ese momento mi madre se secó las lagrimas de los ojos y se acercó para cogerme la mano.
-Se que llevas razón cariño, pero no puedo arriesgarme a perderte a ti también.
-¡Eh! A mi no me vas a perder- la miré fijamente a los ojos.- Tendré cuidado.
Mi madre me sonrió y lo único que me dijo fue:
-Dejame pensarlo...
Cogió de la mano a mi padre y los dos salieron de la habitación en apenas 10 segundos. La noche fue larga.
Me la pase recordando lo que le paso a mi hermano Jacob. Cada vez que pensaba volvía a escuchar su voz gritándome en sueños:
“ <<¡Ayudame!...Elith por favor, ayudame...>>. Desde la noche que murió no podía olvidar aquellas palabras. Jake se fue a estudiar guitarra y para que perfeccionara su técnica decidió tocar en un grupo llamado “The Speaking's”. A dicho grupo le faltaba un guitarrista y Jake era genial tocando la guitarra. Muchas veces lo envidiaba. Él había conseguido cumplir su sueño y mis padres estaban muy orgullosos de él, ¿qué mas podía pedir un chica de 17 años? En fin...Lo envidiaba realmente. Todo le fue genial hasta que un día, en mitad de un concierto, una panda de gilipollas se colaron en el escenario y comenzaron a prenderle fuego a los instrumentos, los decorados, incluso a algunos de los fans del público...mientras ellos tocaban: Todo estaba preparado. Mi hermano salió de allí lo mas rápido que pudo, pero en mitad de su huida, uno de los hijos de puta que habían provocado el incendio, lo siguió y consiguió atraparlo. En ese momento yo me encontraba durmiendo en mi confortable cama, soñando con Jacob, Él me pedía ayuda y... yo no podía hacer nada. Vi con cada detalle como un tipejo alto y con músculos le destrozaba la cara, y después de haberle dado una paliza de tres pares y dejarlo inconsciente en el suelo, lo cubría de gasolina y le prendía fuego. En ese momento desperté de mi sueño e intenté dormirme de nuevo, pero fue imposible. Por la mañana, en las noticias salio el reportaje. Cómo acabaron con cada uno de los integrantes del grupo, entre ellos, mi hermano. No podía creerlo. Todo era como en mi sueño.. “
Conseguí dormirme, aunque me costo bastante. Recordar aquellas cosas no había sido lo mejor del momento. Cuando el sol me deslumbro lo ojos refunfuñé. Apenas había pegado ojo y tenía que levantarme. Suspiré y bajé a desayunar. En la mesa se encontraba mi padre comiéndose unas deliciosas tostadas, mientras que mi madre se encontraba preparando las miás. Me senté en la mesa y esperé a mi madre. Ambos me miraban, y yo los miraba a ellos. Mi destino dependía de esta conversación.
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