Como seguía sin contestar me quitó un auricular. Lo miré.
-¿Quieres algo?
-Si.
-Dime pues.
-Estás sentada en mi butaca.
¿En su butaca?
-No, esta es la mía, creo que te equivocas.
-Vuelve a mirar el numero de tu billete.
-Mi billete marca el 9.
-Y estás sentada en la 8.
-Eso no es..
Me giré para comprobarlo y efectivamente: me había equivocado de butaca. Puede notar que me sonrojaba levemente.
-Perdón, lo siento, me equivoqué.
Se rió. Me levanté para sentarme en mi butaca y el me detuvo.
-Dejalo, ¿quieres ir al lado de la ventanilla? Pues da igual, yo me siento en la butaca 9.
-¿De verdad?
Asintió. Yo le sonreí.
-Gracias.
Se sentó en la butaca u me sonrió.
-No las des, ya que vamos a ser compañeros de butaca-me ofreció su mano- hola, soy Adam.
-¿Adam?
-Si, es un nombre muy común.
-Lo sé, pero eres el primer Adam que conozco.
-Me alegro, así seré tu único Adam.
Me reí.
-Soy Elith.
-¿Elith? Ese no nombre si que no lo he oído.
-En realidad es Elizabeth, pero me gusta que me llamen Elith.
-Elizabeth ¿eh?
-Si, ¿algún problema?
-No, solo que eres la única Elizabeth que conozco.
Me reí.
-Así seré tu única Elizabeth.
Sonrió.
-Encantado Elizabeth.
-Elith.
-Bueno, encantado igualmente Elith.
Sonreí.
-Encantada.
La verdad, no quería ninguna compañía, ya que suele resultar incómoda, pero el chaval era bastante majo. Esperaba que el vuelo fuera más entretenido de lo que esperaba.
-¿Qué edad tienes Elith?
-Diecisiete, ¿y tu?
-Diecinueve.
-Viejo.
Me miró enarcando las cejas.
-Enana.
Mierda, lo había dicho. Jake volvió a mi cabeza, y me entristecí. Cerré los ojos para evitar que Adam pudiera ver como se llenaban de lágrimas.
-¿Te ha molestado?
Negué.
-No tranquilo.
Sequé las lagrimillas que asomaban por mis ojos y le sonreí.
-No lo dije con intención de..
-Da igual, enserio. Solo que ese apodo solo me lo había dicho una persona hasta ahora y...
-Conozco las historias así. Déjame adivinar. Era tu novio, te dejó y estás jodida.
-No.
-¿No?
-No quieres saber la historia.
-Perdona si soy descortés o metomentodo pero me gustaría saberla.
-¿Enserio?
-Si, puedo ser muy curioso a veces.
-Era mi hermano.
-¿Era?
-Falleció cuando yo tenía apenas 9 años.
Apretó la mandíbula.
-Lo siento... soy... demasiado curioso, lo que me hace demasiado imbécil. No pensaba...
-Está bien.
Asintió. Después de eso hubo un incómodo silencio. Lo había dejado cortado, asique tenía que arreglarlo.
-Oye no te preocupes enserio, no lo sabías. Simplemente comparaste mi historia con la de alguna amiga tuya.
-Ex amiga más bien.
Sonreí.
-No te culpo.
-Gracias.
-No las des.
Le sonreí.
-Bueno, y... ¿qué paso con esa amiga?
-Preferiría no hablar del tema.
-A veces puedo ser muy curiosa.
Me miró serio.
-Me lo debes.
-Tienes razón.
Esperé a que empezara su historia.
-Digamos que una amiga mía me falló.
-Suele pasar.
Me miró molesto.
-Perdón, continua.
-Como decía, una amiga mía me falló. Eramos mejores amigos, aunque yo muchas veces llegué a verla como algo más. Nos enrrollábamos de ves en cuando, ella me confundía. Hasta que un día la llame princesa.
-¿Princesa?
-Si, me había “enamorado”-dijo irónicamente.
-¿Por qué lo dices en todo irónico?
-Bueno, pensé que me gustaba, pero por suerte era simple atracción.
Asentí.
-Cuando la llamé princesa tuvo un raro arranque de ira y me golpeó en la cara. Necesité tres puntos en la ceja y uno en el labio.
-Que violenta.
-Sí, a causa de eso y de algunas cosas que me contaron sus otros amigos descubrí que no estaba muy bien de la cabeza.
Me reí.
-Lo siento los tu ceja.
-Gracias.
Me sonrió.
-¿Y qué más?
-Su novio, un capullo integral, alcohólico y drogadicto la llamaba así. La chica tenía un trauma puesto que él la violaba, le pegaba y la trataba fatal.
-Valla...
-Tenía como una especie de trauma a esa palabra.
-Pobrecita.
-Sí, después de eso ella y su hermana me hicieron la vida imposible. Por lo cual tengo pocos amigos.
-Pero si eres muy majo.
-Gracias por el cumplido, pero cuando alguien inventa un rumor y lo difunde por todos, y los que saben que es mentira lo hacen solo por ser sus “amigos”, terminas con pocas opciones.
-Pero ¿y la gente nueva? No tienen por que conocer a esa chica.
-La academia donde la gente con la que pueda relacionarme y yo asistimos, está totalmente controlada por su hermana.
-Que putada.
-Si, pero estoy acostumbrado. Aunque luego conoces a gente tan maja como mi amiga Elith en un vuelo de vuelta a estudiar, y merece la pena.
Sonreí y me fijé en la sinceridad de sus ojos.
-Digo lo mismo.
Me sonrió también, pero no me dejó que pudiera ver sus ojos, sabía bastante de miradas por lo que pude comprobar.
-¿Y a que venía la de “suele pasar”?
-Pues- esa pregunta no me la esperaba.- Mi mejor amigo también me ha fallado, asique, opino que suele pasar que la persona que menos te esperes de falle, y te decepcione.
-Supongo que tienes razón.
Suspiré.
-Me gustaría oír tu historia.
-Quizá en otro momento, quiero dormir un poco.
Me sonrió.
-Como veas.
Bajé la cortinilla de la ventanilla y me recosté cerrando los ojos. No me costó mucho dormirme.
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