Te veo :)


lunes, 8 de agosto de 2011

Capítulo 13:


(Narrado por Elith)
La una del mediodía. Cinco horas más y cogería aquel avión. Tenía demasiadas ganas. ¿Cómo serían las clases allí? En Estados Unidos, siempre había querido ir allí. Sitio nuevo, vida nueva. Claro que no me olvidaría de Nikki, ni de Alice, ni de Mónica, no de Juan, ni de Jeremy. Y aunque me costase reconocerlo, no quería olvidarme de Mike. Estaba resentida y dolida por su culpa, pero era mi mejor amigo. ¿Cómo puede olvidarse a una persona que conoces desde que tu memoria empezó a funcionar? Aunque iba a tener que ganárselo para que quisiera volver a hablarle o a verle. Vale que me fuese a morir por dentro cuando lo viese, pero mi orgullo es una pieza importante de mi. <<Por eso es bueno que me valla a Estados Unidos, allí no tendré que verlo por las esquinas y será más llevadero>> pensé.
Nicole estaba tumbada en mi cama, haciéndose mil fotos con su cámara nueva.
-Ponte para alguna, que luego no voy a tener ninguna contigo en mucho tiempo.
Sonreí y me acerqué a ella. En un rato pudimos hacer mínimo 70 fotos de 50 maneras diferentes. Las otras 20 eran de las típicas: “esta no me gusta, repite”.
Pronto mamá me llamó para que la ayudara en la cocina. Nikki y yo bajamos a ayudarla, bueno, ella solo me acompañó. Nikki se sentó en la mesa y se encendió un cigarro. Mientras yo piqué un poco de cebolla. Mamá en cambió coció los macarrones y preparó la salsa bechamel.
-¿Te quedas a comer Nikki?
-¿Qué es eso?- preguntó curiosa.
-Salsa bechamel, está muy rica- le contesté yo mientras sofreía la cebolla.
-No sé si me gustará
-A mi me encanta.
-¿Y crees que me va a gustar?
-Puede, a mi me encanta.
-Entonces si dices que me va a gustar puede que me guste.
Mamá sonrió.
-¿Entonces te quedas?
Nikki asintió.
-¿Puedes ir poniendo la mesa Nikki?- pregunté.
-Mmmm... si no hay más remedio.
Me reí y mamá sonrió.
Nikki puso la mesa y volvió a sentarse esperando que la comida estuviese echa. Sofreí también el bacon y el jamón en tacos con la cebolla y después mamá echó los macarrones. Después añadimos la bechamel y mamá fue sirviendo los platos.
-Ves a llamar a Joseph.
-Sí mamá.
Me asomé a la puerta del salón. Joseph estaba viendo la tele.
-A comer.
Me miró y asintió.
-Ya voy.
Volví a la cocina y saqué una botella de vino, y una coca-cola que había en la nevera. Mamá sirvió los vasos y Joseph se sentó también en su silla.
-Que aproveche- dije sonriendo a mamá.
Ella también me sonrió y todos empezamos a comer. Bueno, nosotros tres, Nicole estaba comiendo desde que el plato estaba en la mesa.
-¿Te gustan?- le preguntó mamá.
-Si, están buenos, pero me gusta más la paella de mi tía.
Me reí.
-No has probado la paella de mi madre.
-La de mi tía es la mejor.
-Yo prefiero la de mi madre.
-Pues eso es por que estás acostumbrada.
-Digo lo mismo.
-Pero la de mi tía es mejor.
Suspiré.
-Come y calla.
Mamá me miró y continuó comiendo, sin decir nada.
Cuando acabamos recogí la cocina y Nikki me medio ayudó.
-¿Te importa si vamos a algún sitio? Y así puedo quedar con algunos de los de la pandilla y me puedo despedir de nuevo.
-Vale, pero quería echarme a la siesta. Pero bueno, un día es un día, para que luego digas que te dejo tirada por dormir.
Me reí y fui al baño para peinarme. Me dejé el pelo suelto, somo siempre. Después fuimos a la cafetería peculiar de siempre. ¿Cómo no? Allí estaban todos. Nicole se pidió un descafeinado de sobre, y yo un té americano( té con leche y canela), me encantaba. Uno de los chicos pidió una shisha( Cachimba, para quien no sepa lo que es) grande de cereza. Todos estuvimos fumando “la pipa de la paz”. ¿Quién sabe cuando volvería a repetirse esto? Estando yo presente claro. No me dejaron pagar mi parte de la shisha, ni tampoco mi té. Vale que me iba, pero no me gustaba que me invitasen.
Nicole me llevó a casa. Eran las cinco y media, asique tenía que coger todo e irme al aeropuerto. Cogí las maletas. Joseph las metió en el coche y Nicole nos acompañó.
Para mi sorpresa allí estaban todos. Bueno, casi todos, faltaba él...
Volví a abrazarlos. Alguna que otra lagrima salió tanto de mis ojos como de los ojos de mis amigos de toda la vida.
-Te vamos a echar mucho de menos Elithita.
-Eh, Jeremy no me llames así.
-Perdón.
-¿Dónde está...?
Jeremy me miró.
-¿Quién?
-Nadie, tranquilo.
-Le sonreí.
Debió supones a quien me refería, y también que anoche no nos fue muy bien.
-Bueno bueno, chicos que me la sobáis y yo también quiero despedirme-dijo mi madre haciéndose hueco como podía.- Mi pequeña, te voy a extrañar mucho.- Me abrazó.
-Y yo a ti mamá.
Correspondí a su abrazo. Después Joseph se unió, más tarde Nicole, y después todos mis amigos.
-Abrazo colectivo- escuche decir a Mónica.
Me reí como pude. Creo que incluso empezó a faltarme el aire de tanto abrazo.
-Ya vale que me ahogáis- conseguí decir.
Todos rieron y se apartaron.
-Gracias
Sonreí. Nicole miró detrás de mi.
-Guay..
-¿Qué pasa Nikki?
No me contestó.
-Hola Elith.
Alguien me habló desde detrás de mi. Me giré.
-Mike...

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